El Aborto NO es un DERECHO, es un ASESINATO

 

En muchos países, el aborto se ha normalizado como un derecho de la mujer, sin embargo, es esencial comprender que no se trata de un derecho, sino de un acto de asesinato. Mientras la sociedad lucha por aceptar identidades de género diversas, se ignora el valor de la vida en el vientre materno, negándole sus derechos fundamentales.

Desde una perspectiva filosófica, el aborto atenta contra el principio ético de respeto a la vida humana desde su concepción. El feto, aunque en desarrollo, posee potencialidad de vida y, por ende, merece protección.

Desde un punto de vista religioso, muchas creencias consideran que la vida es sagrada y que interrumpirla deliberadamente es un pecado grave. Esto refleja la importancia moral que se le atribuye al no nacido en diversas tradiciones religiosas.

Éticamente, el aborto plantea cuestionamientos sobre el valor intrínseco de la vida y la responsabilidad de protegerla. Negar la humanidad del feto implica una falta de empatía y consideración hacia el ser más vulnerable.

Políticamente, la legalización del aborto puede llevar a una trivialización de la vida humana, erosionando los fundamentos de una sociedad justa y equitativa. Además, puede abrir la puerta a posibles abusos y discriminaciones, como la selección de género.

Las consecuencias físicas y psicológicas del aborto son significativas. Físicamente, puede llevar a complicaciones médicas graves e incluso la muerte. Psicológicamente, muchas mujeres sufren de traumas emocionales, depresión y ansiedad tras abortar.

Es contradictorio que algunas mujeres defiendan el aborto en nombre de la libertad y la autonomía, ignorando la libertad y el derecho a la vida del feto. Esta contradicción refleja una falta de coherencia en el argumento a favor del aborto.

Para finalizar, es evidente que el aborto no puede ser considerado un derecho, ya que implica la violación de los derechos más fundamentales de un ser humano: el derecho a la vida. Es imperativo reevaluar nuestra comprensión y tratamiento del tema, priorizando la protección de la vida en todas sus etapas de desarrollo.